martes, agosto 22, 2006

JUANITA PEREZ ADELMAN, colombiana, amiga, una pintora madura con mucho que expresar

Juanita Pérez Adelman es una artista colombiana en donde se encuentre. Sus hermosos cuadros evidencian su procedencia y un recorrido vital, de una belleza y una profundidad que se sienten a flor de piel. Cada una de sus exposiciones expresa la manera como Juana recoje, registra, elabora, transforma y plasma con colores, texturas y formas que erizan, una etapa de su vida, de su relación con el mundo, con su Colombia, con sus hijas andantes del planeta y su familia dispersa por el continente.
He repasado con mi mirada los cuadros que cuelgan de las paredes de su vieja casa de Las Lomas en México DF, donde se estableció y creció una familia hace 20 años. Cuadros que retiene de sus exitosas exposiciones, en las cuales generalmente queda debiendo obra a sus compradores. He leido sus entrevistas en múltiples publicaciones, algunas colgadas en Portales de Internet, fáciles de encontrar porque su nombre aparece lleno de referencias en cualquier buscador.
Luego, he tenido la oportunidad de presenciar una entrevista que le ha hecho una experta canadiense en artes, mientras pasaban revista a su última exposición. También he podido degustar minuto a minuto de una semana y centímetro a centímetro, esa hermosa casa que fue su habitación y su estudio por dos décadas. Pude apreciar su sensibilidad no solo en su obra, sino en la manera como ha seleccionado y organizado lo mejor de artistas y artesanos colombianos, mexicanos, latinoamericanos para decorar su casa y crear un ambiente cálido y agradable.
Y su conversación, una larga conversación que se inició a comienzos de los sesenta, cuando éramos unas preadolecentes comenzando bachillerato en el SPS de Bogotá y que nunca, en estos mas de cuarenta años se ha suspendido. Conversación que me lleva por las profundidades del alma y de la sensibilidad de alguien que siempre avanza, descubriendo, creando, encontrando y disfrutando a fondo su oficio y regalándonos cada vez, cosas con nuevas entradas, nuevas aristas, nuevas comprensiones de esta realidad que vivimos a diario.
Alguien que conozco y que siento amar desde siempre, pero que no solo por eso, hoy me suscita la mas grande admiración.
Menos mal que no soy yo la que ha escrito varias décadas sobre ella y le ha hecho reconocimientos y gran crítica a su obra. No soy una experta, soy solo una persona mas, que disfruta el buen arte, como cualquiera. Y eso es precisamente lo maravilloso, que Juana ha logrado mantenerme, como a muchos otros, fascinada durante cuarenta años con su trabajo, siempre refrescante, cuestionador, profundo, interpelador.
Extraño su presencia en mi vida cotidiana. Pero hoy, estoy feliz de haber compartido con ella su última exposición, antes de colgarla, y su nuevo hogar, una villa maravillosa, Ámate, al lado del famoso Tepozteco, en la periferia de Tepoztlan, entre montañas rocosas rojas y brillantes.
Quiero compartir con todos mis amigos y lectores, algunas de sus últimas obras. Espero que, aún con las limitaciones propias del medio, las difruten.
Sugiero navegar en un buscador para ver un poco mas de su trabajo.

sábado, agosto 19, 2006

Voces del Magdalena


Acabo de terminar la producción de un video documental dirigido por el cinematografista boliviano Alfonso Gumucio-Dagrón en el cual recogemos la experiencia de la red de Emisoras Comunitarias del Magdalena Medio - AREDMAG, después de una decada de haber sido instalada la primera emisora en esa región. Nuestra idea es mostrar el esfuerzo que se hace desde las emisoras para ser partícipes e incidentes en la construcción social y política del Magdalena Medio a través de un proyecto comunicativo. Ellos buscan dar voz y visibilidad a los pobladores y las organizaciones y permitir la generación de una opinión pública fincada en sus propios intereses, su cultura y su visión del mundo.
El documental también plantea el proyecto de sistematización y evaluación que entre los radialistas de AREDMAG y los académicos de las universidades Javeriana, del Norte y Oklahoma han venido desarrollando, de manera participativa y con un enfoque cualitativo.
VOCES DEL MAGDALENA - Ficha Técnica - Dirección: Alfonso Gumució-Dagrón - Producción Amparo Cadavid Bringe - Guión y edición Alfonso Gumucio Dagrón y Amparo Cadavid Bringe - Montaje Dimas Llanos - Diseño de imagen Olga Torres - Participa AREDMAG - Co producción Universidad Javeriana y CFSC Consortium, 33 min © 2006.

viernes, agosto 04, 2006

Comunicación para el Desarrollo, un aporte al Desarrollo Sostenible


El cutivo de la coca en economía campesina en Colombia viene siendo un obstáculo para el desarrollo y la paz del país, desde hace mas de 25 años, por no decir que "un dolor de cabeza".
El cultivo de la coca se filtró dentro de los pequeños predios de familas campesinas pobres desde comienzos de los ochenta, cuando se cruzaron dos circunstancias. De una parte, un campesinado pobre, sin oportunidades, sin polìticas de desarrollo ni de fomento para el campo que les permitieran fortalecer cultivos promisorios. No crédito, no paquetes tecnológicos, no asistencia suficiente. En otras palabras. abandono, que incluye el problema nunca resuelto de la tenencia de la tierra.
La otra circunstancia: la necesidad de los narcotraficantes de ampliar los cultivos de coca para alimentar sus industrias, a bajo costo y menor riesgo. Asi, envolvieron a los campesinos, quienes a través de ellos obtuvieron todo lo que el estado nunca les dió: créditos blandos y suficientes, paquete tecnológico validado, planes de comercialización a bajísimos costos, pagos de cosechas ágiles y en efectivo, valor agregado en zona, transporte garantizado. Claro que el precio que están pagando estos campesinos y el país por esto, ha sido demasiado alto. Como todos lo sabemos. Después de 25 años, no solo se han tumbado miles y miles de hectáreas de bosque y se ha reemplazado el cultivo de comida por coca, sino que esta economía ha contribuido también en altísimas dosis, a promover la cultura del narcotráfico, del dinero fácil y la pérdida del valor de la vida. En otras palabras con la llamada "cultura traqueta". Factores centrales que alimentan el conflicto que hoy todos vivimos.
Entre 1985 y 1995, la entonces Oficina de Servicios para Proyectos - OSP de las Naciones Unidas - PNUD , desarrolló en asocio con los gobiernos colombianos de entonces, el primer Programa de Desarrollo Sostenible para Colombia, que se inició en las zonas de cultivo de coca dentro de economía campesina, primero, en los municipios del sur del Cauca y norte de Nariño, los cuales se extendieron al Guaviare, Caquetá y Putumayo.
En aquella época y a raìz de esto, el paìs aprendió a hacer "desarrollo sostenible" a través de estrategias integrales y sostenibles de un desarrollo rural microregional. Aprendió mucho y dió resultados concretos en términos de disminución de hectáreas de coca sembradas, bajo esta modalidad. Sin embargo, la velocidad a la se proliferaban los cultivos de coca en zonas de bosques era mucho mayor que la capacidad de rescatar los territorios campesinos que ya la cultivaban.
Este política fué transformada durante el gobierno del presidente Samper, quien creó el Plante y asumió totalmente la ejecución de este tipo de proyectos. En la negociación del Plan Colombia en 2000, el Desarrollo Sostenible, como se llamó definitivamente este tipo de estrategia, quedó en manos de ONG norteamericanas, ejecutadas mayormente por colombianos y supervisadas por el Gobierno nacional.
De las muchas cosas que se alcanzaron a hacer durante el primer periodo mencionado fue un estudio realizado participativamente, entre campesinos, colonos, indígenas, técnicos agropecuarios y amazonólogos. En aquella época (1990) la gran pregunta era ¿Qué especies podrían ser promisorias para reemplazar a la coca? Frente a esta, solo existía un quebradero de cabeza para los ingenieros agrónomos y forestales, los técnicos agropecuarios y los trabajadores sociales de los proyectos. Hubo muchos "ensayo-error" que también dieron frutos positivos, casi todos ellos, modelos integrales donde se mezclaban especies de pancoger, para garantizar la alimentación de las familias, con especies con potencialidad industrial que permitieran vincular la producción campesina con los mercados.
En aquella época, una comunicadora social decidió hacer una pregunta clave a sus compañeros técnicos del campo: ¿Alguna vez le hemos preguntado a los campesinos cocaleros qué otra cosa quisieran hacer? ¿Qué otros conocimietos sobre especies promisorias tienen? ¿Qué les gustaría aprender?
Descubrí entonces, que estos equipos de profesionales llenos de esfuerzo y buena voluntad eran un poco "sordos"; no sabían escuchar ni ver el conocimiento y la sabiduría que ha existido siempre entre los campesinos, colonos e indígenas de este país. Su larga y afianzada formación universitaria los había restringido al conocimiento convencional desarrollado en otras latitudes.
El coordinador técnico del proyecto nacional, un ingeniero agrónomo, fue sensible a la propuesta de reunir a los cultivadores de las veredas, vinculados con los proyectos productivos, que tuvieran un conocimiento sobre especies y productos derivados de ello, para saber sus opiniones y aprender sus conocimeintos. Esto sucedió en el Putumayo en 1995. Durante seis meses se reunieron varias veces en Villa Garzón estos grupos de personas que fueron cada vez mayores, a quienes se sumaron luego los técnicos, de las entonces novísimas UMATA.
El resultado fue una inmensa explosión de experiencias que evidenciaban un conocimiento ancestral sobre el bosque tropical y sus potencialidades.
A pesar de que se acercaba el final de la OSP/PNUD en Colombia, recogimos la experiencia y con la ayuda de uno de los mas relevantes amazonólogos del país, el ya fallecido nariñense profesor Bernardo Martínez Santacruz, la sistematizamos, le dimos un tratamiento "científico", con toques de cultura amazónica y la convertimos en libro.
Nunca hemos sabido si las 2000 copias de esta publicación que se repartieron por las escuelas y entidades del Putumayo, tuvo algún impacto en lo que sucedió después. Tampoco hemos sabido si alguien, mas allá de algunos profesores universitarios, le reconocieron alguna vez el valor a ese conocimiento que allí se compila.
Ahora, este Blog me da la oportunidad de compartir con los posibles lectores, esta experiencia que me graduó a mi como una verdadera "comunicadora para el desarrollo". Mi oficio fue solo lanzar puentes entre personas distintas y crear condiciones para que se sentaran a conversar. Luego, me centré en recoger y sistematizar la experiencia con ayuda de quienes podían hacer un aporte significativo a darle peso y proyección al trabajo colectivo.
Ficha Técnica: Especies promisorias del Putumayo: una propuesta de desarrollo sostenible. Edición, textos y fotografía: Amparo Cadavid Bringe, Asesor Científico: Bernardo Martínez Santacruz IA, Ilustraciones: Manuel mejía Lago IA, Diseño y Diagramación: Hilda María, Bogotá, OSP/PNUD, 1995