viernes, abril 25, 2008

Inés Elvira Castaño, amiga y compañera

Ella es Inés Elvira Castaño,
Ha sido mi amiga los últimos 44 años. Esta fotografía la tomé en 2006 en casa de otra compañera y amiga, María Eugenia Russi, en donde estabamos despidiendo a María del Pilar Henao, quien se iría a vivir a Buenos Aires por un tiempo.


Aqui estamos las presentes aquel día, 38 años después de nuestro grado de bachilleres en el colegio San Patricio:
Desde entonces, seguimos siendo amigas cercanas, compañeras y compartiendo los asuntos de nuestras vidas, profesiones y familias. Es decir, hemos sigo "amigas de toda la vida" y por ende, nos liga un cariño intenso y especial.

Inés Elvira ha sido una de nosotras por todo este tiempo. El 24 de marzo pasado falleció, después de luchar tenazmente por su vida durante ocho meses. Nos quedamos desconsoladas, en un abrir y cerrar de ojos, ella ya no está mas aqui y nos costará un tiempo asimilarlo. Dos semanas mas tarde de ese día nos hemos reunido en la capilla del San Patricio para recordarla y hacerle un homenaje. Entonces, cada una de nosotros dijo unas palabras en su honor.

Quiero compartir las mías. Decidí contar un episodio de nuestra vida, cuando ambas eramos ya estudiantes de postgrado. Aqui está, es un simple relato:

"Hace treinta años ella era una estudiante de postgrado en la Sorbona de la luminosa París, yo también, pero en la Universidad de Londres. Ambas expatriadas, sin Internet, con el poco dinero que tenemos siempre los estudiantes en el extranjero y muchas veces con los vacíos del corazón que deja la distancia. Ese verano del 78 después de muchos intentos de encontrarnos logré reunir el dinero para pasar unos cuantos días con ella, aprovechando el veranito. Así, llegué el 14 de julio al amanecer a una París deslumbrante y soleada. Inés Elvira me esperaba en la estación del tren con una sonrisa de oreja a oreja. Por cinco días ella y yo nos olvidamos de libros y de trabajos extras para entregarnos de lleno al goce de andar por las calles de su ciudad favorita. Era mi primera vez en París y ella era la mejor anfitriona. Recorrimos palmo a palmo todo lo que ella decidió que yo debería ver, y como no podía verlo todo eligió entre lo sobresaliente: Versalles no, ni el Louvre, mejor el museo de Rodin y el Centro Pompidou, Mont Matre si, por supuesto, pero en domingo por la mañana. Muchos crepes, pan francés, y, mas caminadas que montar en metro. Había que almorzar en la universidad aunque fuera solo una vez para tener la experiencia de comer en platos de latón, y, en las noches caminar y caminar para ver la Torre Eiffel y el Arco del Triunfo iluminados. Se celebraba entonces los 10 años de París-mayo del 68 y también atendimos manifestaciones de tarde un poco perezosas por el calor. Me presentó sus amigos teatreros, colombianos y latinoamericanos y en síntesis me hizo vivir un París de juventud, de estudiantes con apenas para vivir, los más maravilloso cinco días que recuerde en esa época.

He ido muchas mas veces a París luego, generalmente de trabajo, en eneros o noviembres fríos, y sin duda, cada vez que piso esa ciudad y camino por sus calles, siento a Inés Elvira, la mejor anfitriona, en mi piel, en mi alma. Luego, siempre le escribo y se lo digo “Me encontré de nuevo contigo en Paris” y ella se ríe. Para ella siempre fue su ciudad… eso me lo dijo muchas veces.

Así como esta historia tan personal, estoy segura que cada una de nosotros tiene una historia hermosa, o tal vez muchas que contar, vividas con ella. A través de estas Inés Elvira se prolongará entre nosotros para siempre..."

Pero no es solo por ello que la recordaremos. Inés Elvira fue una mujer entregada a este país. Desde su campo de la psico pedagogía lideró proyectos que hoy han sido trascendentales. Entre ellos, junto a Emmita Gaviria y al equipo de profesores del Colegio San Patricio, fueron las artífices de lo que hoy es una exitosa política pública y programa bandera: las Madres Comunitarias. Fué también Decana de la Facultad de Educación de la UPN durante muchos años, creando y formando grupos de profesores críticos y propositivos.

Aqui con el escritor Arturo Alape, otra gran amigo recientemente desparecido

Deja también Inés Elvira una obra conceptual y metodológica importante que es hoy capital de procesos educativos. Pudo presentarla y debatirla en muchas oportunidades dentro y fuera del país y de impactar con ellas a la comunidad pedagógica.

Compañera, amiga, mujer, profesional, colombiana, miembro de familia y ciudadana... Inés Elvira nos deja un balance de vida, que hoy asumimos como su mejor herencia.